domingo, 24 de mayo de 2009

Mi confrotanción con la docencia

Para empezar diré que soy maestra por vocación, de lo cual me percaté cuando estudiaba la secundaria a partir de estar muy de cerca con los procesos administrativos que llevaban a cabo mis maestros (les ayudaba a sacar promedio, a llenar lo en aquel entonces se llamaban sábanas), me di cuenta que la docencia me atraía, pero no era lo único, también me gustaban las matemáticas y practicar la danza tradicional mexicana. Al tener que tomar una decisión opte por hacer examen de admisión a la Normal de Tlalnepantla en lugar de hacerlo en la Universidad para contadora, esto lo decidí porque en aquel entonces me pareció que la danza compaginaba mejor con la profesión magisterial que con la de contaduría.

Afortunadamente y gracias a varias cosas, como tomar un curso para prepararme para el examen, fui aceptada en la Escuela Normal, ahí se suponía que estaría por cinco años (dos de bachillerato y tres de Normal), pero cuando cursaba el segundo año, la carrera de maestros se elevó a grado de licenciatura y puede terminarla en seis años y no en siete como las siguientes generaciones. Cuando me asignaron mi plaza en la ciudad de Toluca se me ubicó en un lugar llamado “Prados” en el municipio de Ecatepec, lo cual estaba a una hora de camino de mi residencia, ya que en ese entonces no tenía automóvil. La escuela a la que me incorporé era de nueva creación y junto con migo llegaron otras compañeras; mis primeros quince día nunca se me olvidarán porque tuve que trabajar en un salón enorme (después se dividió y se formaron dos aulas) con 80 niños de primer grado, sin bancas y sin pizarrón, realmente fue un reto. Al siguiente año me cambié de escuela para poder seguir estudiando, me acerque en distancia y entre a estudiar a la Normal Superior de México en el área de Ciencias Sociales; cuando cursaba el segundo año a través de un ex compañero de la carrera, me invitaron a trabajar en el curso intensivo que se impartía los sábados en la Normal de Cuautitlán Izcalli dando clases de danza (la cual seguí estudiando después de la secundaria), esto sucedió en abril de 1993; al terminar el curso en el verano, el director me invitó a incorporarme al curso ordinario tanto a la preparatoria como a la licenciatura, acepte y mi primer nombramiento en el nivel Medio Superior lo obtengo en septiembre de 1993.

Para mí, ingresar a la Normal de Cuautitlán Izcalli fue un reto, al cual hice frente con trabajo y dedicación así como con la ayuda de mis compañeros de entonces que compartieron conmigo saberes, mismos que me permitieron incorporarme y sentirme parte de la institución, en un proceso de constante aprendizaje y superación. Trabajando ahí pude terminar la Normal Superior y años más adelante realizar la maestría en Pedagogía.

Trabajar en el nivel medio superior siempre ha sido gratificante, el trato con los jóvenes en un aumento constante de integrantes en las aulas me ha exigido volverme más humana, así como desarrollar habilidades para responder a las demandas que esto implica. Mi hacer cotidiano me ha llevado a tener satisfacciones en el sentido de consolidar un estilo docente congruente con mi forma de pensar y consciente en gran parte de las acciones que realizo en beneficio de mis alumnos. En cuanto a insatisfacciones, en el sentido estricto del término no he tenido, mi filosofía de vida que se caracteriza por ser optimista y encontrarle el lado positivo a las situaciones me permite enfocar los contratiempos cotidianos como áreas de oportunidad con las cuales se necesita trabajar desde la dimensión que haga falta, cognitiva, afectivo, social, etc.; por ejemplo con la reforma que estamos pasando se me han asignado materias diferentes a las que venía impartiendo desde hace más de 10 años, ¿Qué debo hacer? prepararme, estudiar y no desesperar si las cosas no resultan como yo estaba acostumbrada por el momento porque es algo natural en un proceso de cambio como el que estamos viviendo.

1 comentario:

  1. Maestra Martha Patricia:
    Qué bien que comprendas que la preparación es nuestra labor de diario, al igual que el estudio y esperar lo mejor, porque los mejores años están por venir.

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