Del libro “El Diosero” de
Francisco Rojas González.
La historia habla de un
indio humilde que se dispuso a trabajar para un blanco. Esto le ocasionó
enormes problemas de popularidad, muchos indios lo empezaron a insultar
constantemente cada vez más, y sin embargo el indio nunca dijo nada en
respuesta. En un momento un comentario de otro indio le colma la paciencia y
suelta una estocada, encajó su navaja en el pecho del ofensor (aunque suene
contradictorio). Inmediatamente es aprehendido por las autoridades locales y
llevado a procesar. La condena resulta ser el mismo crimen que cometió el
acusado, y estaba por ser muerto cuando la nueva viuda reclamó algo que estaba
en su derecho. Si un hombre mataba a otro hombre casado, la viuda tenía el
derecho de reclamar casarse con el hombre asesino...y así lo decidió hacer.
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